- Editorial:
- ALASTOR EDITORES
- Año de edición:
- 2022
- Materia
- Filosofía universal
- ISBN:
- 978-612-4294-42-6
- Páginas:
- 148
- Encuadernación:
- Rústica
FEDRO O DE LA BELLEZA
PLATÓN
La obra de Platón (427-347 a.C.) constituye uno de los pilares sobre los que se funda la tradición filosófica de Occidente. Desde edad temprana se formó en diversos ámbitos del conocimiento: aunque se le recuerda como filósofo, también se dedicó a las artes, la poesía e incluso los deportes. Discípulo de Crátilo en sus inicios, a los veinte años conoce a quien sería su mentor y una figura clave en su formación: Sócrates. Bajo su influencia, y gracias a su formidable talento para la especulación filosófica, su sistema de pensamiento adquiere forma. Fundó la Academia en el 387 a.C., institución en la que se formó otro de los grandes pensadores griegos de la época, Aristóteles, y cuya influencia se extiende a través de los siglos hasta nuestros días. La filosofía de Platón es considerada todavía por en la actualidad como clave para la comprensión del pensamiento filosófico contemporáneo.
Ante ninguna obra de Platón ha vacilado tanto el juicio de la posteridad como ante el Fedro. Durante mucho tiempo se le consideró un trabajo iniciático y punto de partida para comprender el sentido último de la obra de Platón, puesto que brindaba un sucinto compendio de las ideas platónicas acerca de la relación entre la escritura, la palabra hablada y el pensamiento y era, por tanto, el pórtico por el que se accedía al templo de la filosofía de Platón. El arranque ditirámbico por el que se deja llevar Sócrates en el Fedro en su discurso sobre el eros, se tenía por indicio seguro de su origen temprano. Sin embargo, la investigación posterior ha desplazado este diálogo hasta la última fase de la vida del filósofo.
El Fedro sólo puede comprenderse como una nueva fase en la actitud de Platón ante la retórica. En el Gorgias esta actitud es todavía de franca repulsa; la retórica es, para él, la suma y compendio de una cultura que no se basa en la verdad, sino en la simple apariencia. Mientras que la retórica de la época se orienta cada vez más hacia el arte de la escritura y el «discurso gráfico», Platón funda la superioridad educativa de la dialéctica filosófica sobre ella en el hecho de que se dirige directamente al espíritu y lo forma.
La traducción castellana del Fedro de Platón que ofrecemos en este libro es no solo la más hermosa realizada en castellano sino también la más precisa. La distinguida helenista María Araujo tradujo posteriormente la Política (1951) y la Ética a Nicómaco (1959) de Aristóteles, ambas en colaboración con el filósofo español Julián Marías.