- Editorial:
- EDICIÓN DEL AUTOR
- Año de edición:
- 2024
- Materia
- Historia del perú
- ISBN:
- 978-612-00-3036-3
- Páginas:
- 443
- Encuadernación:
- Rústica
HÉROES DE LA REVOLUCIÓN INDEPENDENTISTA HUAMANGUINA
LOS AUQUI, VENTURA QALAMAKI Y LOS BELLIDO-PARADO
AGUIRRE CÁRDENAS, MAX
La pregunta formulada por Manuel J. Pozo con motivo del centenario de la Batalla de Ayacucho, y transcrita en la dedicatoria de este libro, sigue lacerando hoy las fibras más profundas de la conciencia moral peruana después de cien años más de ingratitud del Estado Peruano a los "Nobles Fundadores de la Independencia" de nuestra patria, como San Martín y los morochucos (declarados así por el Primer Congreso Constituyente de 1823 y el prefecto Domingo Tristán, respectivamente) que merecian en este Bicentenario Patrio algo más que un saludo protocolar, sobre todo los segundos que sacrificaron todo a la gran causa: hombres, alimentos y bienes, hasta casi extinguirse, y que, impulsados por su heroica altivez, nunca se arrodillaron ante los opresores hispanos ni ante los siervos peruanos del neoliberalismo semisalvaje.
El ex. Presidente de la República, Pedro Castillo Terrones, con su visita presencial a la ciudad de Cangallo, el primero que hizo oficialmente un mandatario peruano para conmemorar la efeméride del 7 de octubre de 1814 como el día de la primera jura de la independencia del Perú, abogó, motu proprio, por sincerar la reivindicación de esta meritísima provincia convicto de su injusto olvido en las premiaciones infraestructurales que recibieron Huanta, Huamanga y Quinua en las celebraciones de los centenarios, sesquicentenarios y bicentenarios. La esperanza había vuelto a nacer en toda la hoya mediterránea del Pampas a pesar de que alguna vez se había decidido a través de la Ley N° 24995 integrarla con los demás pueblos del país e impulsar su desarrollo, pero que, vergonzantemente, por acción de los mastines del centralismo, jamás fue cumplida. La Nación traicionó su deber histórico de elemental gratitud condenándola a la pobreza más abyecta, y la República no pasó de ser una frágil realidad, una cuasi utopía, asaz de igualdad, libertad y justicia social rengas.